Rebaño de nubes coronadas ( Primer silencio)

Este relato, nace hoy, cuenta una história embarcada en una vida de notas en vuelo...

Había caído en el sopor profundo de un cansancio, envuelta hasta el cobijo, como en sueño robado, hasta mantener como un ovillo, los ojos abiertos, mientras las pupilas blancas del negro me escrutaban.

Afortunadamente aquella noche había cenado en mantel largo, cristal de bohemia y cubertería de plata.

Su hija se estaba comportando como una verdadera mal educada, y los ruidos rumiantes e imposibles de aguantar, no dejaron invitar a mi elemental encierro de costumbres.

Juan aprovechó para salir a pasear al perro y así no tener que recriminar la provocación de la niña, con la que a diario, intentaba distraer ese atrevimiento, vertiendo un jolgorio de improvisaciones, para justificarla.
Carmen, que había sido la vecina de toda la vida, era la única que se atrevía a corregir a Laura, no entendía como su soberbia podía tanto con su padre, y esa misma indignación se sumaba al respeto que reflejaba por la familia.

Habían pasado doce años desde la muerte de su madre, pero nadie en esa casa sacaba las profundidades de la espina que no les dejaba paz, habían pasado a ser un intercambio de formalismos, aparentes, bien avenidos.