
No estás,
puede el mar retirarte para desfallecer,
en estallidos de clemencias calladas
para enamorarte a ti,
desobedeciendo los lindes de las palabras y piedras.
El azar necesita necesidad prerrogativa
y tallarla cuál flor genuina,
llevarla en velos de fervor.
Mi provincia de honrada proliferación,
quiere tu resuello, ama tu boca,
remembranza y quieta para ser otra vez.
Si lo haces, tu harás la tendencia
para tenerte a ti mismo...